Violencia juvenil en La Habana: un reflejo de la crisis social y estructural en Cuba

La Habana en apagón al atardecer. (Foto: Envato)

Un enfrentamiento violento entre jóvenes en La Habana, ocurrido la madrugada del domingo, ha reavivado el debate sobre la creciente inseguridad en Cuba.

Una confrontación entre varios jóvenes ocurrida en la madrugada del domingo, en La Habana, encendió la alarma entre los cubanos que comentaron en las redes sociales sobre la inseguridad ciudadana que se ha entronizado en el país desde hace ya varios años.

“¡Tremenda bronca! La mayoría eran jóvenes. Eso comenzó en el parque de San Rafael, cerca de donde nosotros vivimos. Hay un Infotur, en San Rafael y Galiano, que ahí, de noche, van todos los muchachos y los coge la madrugada comprando laticas de cerveza. Viene gente de todas partes, de Marianao, de la Habana Vieja, de Cayo Hueso. Ahí ha habido otras [riñas] pero esta la empezaron ahí y terminaron en la terminal de trenes”, relató a Martí Noticias, el activista Lázaro Rolando Kessell Barrueto.

Supuestamente, una discusión escaló a una violenta disputa y luego a un desquite. Los involucrados, muchos aparentemente menores de edad, cargaban palos, machetes y otras armas blancas.

“Son pandillas, los de la Habana Vieja eran tres, pero los otros eran como ocho. Los tres de la Habana Vieja barrieron a toda esa gente de Cayo Hueso. Hubo bastantes arañazos, pero no son graves. Duró buen tiempo, pero no estoy seguro de cómo empezó, solo lo que dice la gente”, describió Kessell Barrueto, uno de los líderes del Movimiento Opositores por una Nueva República en la capital cubana.

Una bronca entre jóvenes se desarrolló en Centro Habana y la Habana Vieja

Los jóvenes “por aquí se ponen a dar bonchecitos (pequeñas fiestas) porque no tienen nada que hacer, no hay diversión y, pues, cogen una casa particular de cualquiera y ponen un bafle con música. Empiezan a tomar y a buscar bebidas y viene gente de todos los barrios y empieza la guapería, que si me miraste la novia y ‘dale al que no te dio’”, narró.

La situación se agrava con la nueva droga conocida como "el químico", un estimulante barato a base de cannabis y fentanilo, que es cada vez más popular entre los jóvenes.

Hasta el momento, las autoridades cubanas no han emitido información acerca de la trifulca. Martí Noticias no ha podido comprobar, con alguna otra fuente, si en el altercado se lamentaron heridos o muertos.

Cuatro agentes de la Policía acudieron al Boulevard de San Rafael, pero no tenemos información de si practicaron arrestos.

Sin embargo, el suceso evidenció la necesidad de reforzar la seguridad y estimular la convivencia pacífica en espacios públicos.

En los últimos años se han desarrollado en la Isla, en particular en la capital, los llamados juegos que son las unidades organizativas dentro de los abakuás, que con el deterioro de la sociedad ha ido sujetándose a malas interpretaciones y el detrimento de los valores originales de la sociedad secreta.

“Tienen unos juegos aquí que le dicen ñáñigo y abakuá, como cosas de religión, pero las cogen como guapería. Si tú me dices algo, tengo que cortarte o tengo que darte una puñalada, o que tirarte un tiro”, detalló Kessell Barrueto.

La guapería puede estar asociada con algunos miembros de la sociedad abakuá o ñáñiga, pero no es un aspecto intrínseco de la misma.

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Habitantes del vecindario e internautas expresaron indignación y miedo por la frecuencia de este tipo de hechos, los cuales, aseguran, aumentan cada mes.

En declaraciones a nuestro medio, el investigador del Observatorio Cubano de Auditoria Ciudadana, José Manuel González Rubines, asentado en Madrid, señaló que la violencia se debe abordar en sus tres dimensiones: directa, estructural y cultural, de acuerdo a la teoría del "triángulo de la violencia", de Johan Galtung, que explica cómo este fenómeno se manifiesta en diferentes niveles.

“La situación actual en Cuba es propicia para el aumento de la violencia. Un primer elemento que explica esto es la inacción de los órganos del Estado, como la policía, la inacción ante hechos violentos”.

“La policía es altamente ineficiente y ha sido utilizada en los últimos tiempos para reprimir a la población cuando manifiesta descontento, pero ha sido mucho menos usada para resolver estas cuestiones como puede ser un robo, un asalto, asesinato”, dijo.

“Esta ineficiencia de la policía, por falta de calificación, por falta de inversión y porque también la ineficiencia es parte de la crisis estructural del sistema es uno de los elementos, uno de los más obvios”.

Asimismo, se refirió al aspecto más sutil que es el de la violencia cultural: “Quienes ahora son jóvenes en Cuba son gente que se ha criado recibiendo un discurso violento del régimen, que apela, constantemente, a la violencia como elemento de mantenimiento del propio régimen”.

“Pensemos en las muchísimas consignas que el régimen ha lanzado en los últimos 25 años, por no ir más atrás. Hay un uso de la violencia como método legítimo para conseguir algo; desde el Estado, que es quien debería regular el uso de la violencia. El Estado le está diciendo a sus ciudadanos, que es legítima la violencia para conseguir cosas. Entonces, los ciudadanos internalizan el uso de la violencia como algo legítimo”, puntualizó.

De acuerdo al experto, uno de los elementos más importantes es la violencia estructural que se ejerce sobre el individuo desde la configuración del sistema.

“En Cuba no solo tenemos un sistema profundamente desigual que genera que haya grupos muy pequeños de personas con capital y un grupo muy grande de personas en absoluta miseria, sino que vemos un sistema político represivo, así que la desigualdad no está solo en lo económico, sino también en lo político, en la posibilidad del individuo de realizarse económica, política y espiritualmente”, dijo.

“El tercer elemento es la violencia directa, la violencia física, la violencia verbal; de esa vemos en Cuba todo el tiempo, y no solo ahora, en esta viñeta en la que el funcionario te maltrata, en la que el policía te maltrata, en la que una persona maltrata a otra y que eso está visto, no como algo correcto, pero, digamos que sí, como algo normal, esa violencia que ahora está exacerbada también por una crisis económica, lo que la explica desde el punto de vista psicológico”, apuntó.

“La gente no tiene que comer, la gente no ha dormido bien porque no tiene electricidad, la gente se ha levantado con el estómago vacío. Esa es una persona que tiene su psiquis predispuesta para ser violenta. Y si a esto se une, por supuesto, el hecho de que sea difícil conseguir los medios básicos de vida, ahí tienes el caldo de cultivo perfecto para una situación terriblemente violenta como la que estamos viendo”.

El especialista considera que "esto es solo la antesala. Todavía la descomposición del sistema no ha llegado a su punto máximo, aunque creamos que sí; el sistema se sigue descomponiendo y mientras más se descomponga, más violenta se va a volver la sociedad cubana”.